martes, 23 de diciembre de 2014

Flores para Luz



Fai algúns anos, unha parella de galegos foise a vivir a África. Ela era enfermeira, e pasaba moito tempo coidando aos enfermos de ébola. Un día, por un descoido, contaxiouse e, logo duns días de moito sufrimento,  morreu.



El leváballe flores ao cemiterio tódalas semanas, e sorprendíase que naquel país ese costume non era o habitual. Os nativos daquel lugar ofrecíanlle aos seus finados uns platiños con comida. Un pouco de carne, pedaciños de froita, arroz, papaia…


Un día, o europeo acercouse a unha destas persoas que visitaba unha tumba próxima á da súa parella, e preguntoulle por que facía tal cousa. ¿E que non se decataba de que o finado nunca ía a saír a probar a comida?


E o africano respondeulle: “O meu familiar sae a comer o que eu lle deixo cando o teu sae a ulir as flores que ti lle traes.”



             Benno von Archimboldi: “Alimentos para el espíritu”


miércoles, 29 de octubre de 2014

¿PODEMOS?


"Casi en el fin del mundo
mi barca vagabunda,
mecida por las olas
me condujo un dia
a una isla pequeñita,
y el hada que alli habita
amablemente nos invita
a hacer un recorrido.

Youkali es el país de nuestros deseos.
Youkali es felicidad, es placer.
Youkali es la tierra donde las angustias se disipan.
En nuestra noche, como un claro entre las nubes,
la estrella que nos guía es Youkali.
Youkali es el respeto de todas las promesas mutuas.
Youkali es el país de los bellos amores compartidos.

Es la esperanza que habita en el corazón de todos los humanos.
Es la salvación que todos esperamos en el porvenir.
Youkali es el país de nuestros deseos
Youkali es felicidad, es placer.
Pero es un sueño, una locura.
No existe un lugar como Youkali.
Pero es un sueño, una locura.
No existe un lugar como Youkali ".



sábado, 4 de octubre de 2014

Que todo es burla, sino estudiar y más estudiar



“Cuando llegaba a ellos Don Quijote un labrador alzó la voz diciendo: -- Alguno destos dos señores que aquí vienen, que no conocen las partes, dirá lo que se ha de hacer en nuestra apuesta. – Sí diré por cierto, respondió Don Quijote, con toda rectitud, si es que alcanzo a entenderla. – Es, pues, el caso, dijo el labrador, señor bueno, que un vecino deste lugar, tan gordo que pesa once arrobas, desafió a correr a otro vecino que no pesa más que cinco. Fue la condición que habían de correr una carrera de cien pasos con pesos iguales, y habiéndoles preguntado al desafiador cómo se había de igualar el peso, dijo que el desafiado, que pesa cinco arrobas, se pusiese seis de hierro a cuestas, y así se igualarían las once arrobas del flaco con las once del gordo.

--Eso no, dijo a esta sazón Sancho antes que Don Quijote respondiese. Y a mí que ha pocos días que salí de ser gobernador y juez, como todo el mundo sabe, toca averiguar estas dudas y dar parecer en todo pleito.

--Responde en buena hora, dijo Don Quijote, Sancho amigo, que yo no estoy para dar migas a un gato, según traigo alborotado y trastornado el juicio. – Con esta licencia, dijo Sancho a los labradores que estaban muchos alrededor dél, la boca abierta, esperando la sentencia suya, hermanos, lo que el gordo pide no lleva camino ni tiene sombra de justicia alguna; porque si es verdad lo que se dice, que el desafiado puede escoger las armas, no es bien que éste las escoja tales, que le impidan ni estorben el salir vencedor; y así es  mi parecer, que el gordo desafiador se escamonde, monde, entresaque, pula y atilde, y saque seis arrobas de sus carnes, de aquí o de allí de su cuerpo, como mejor le pareciere y estuviere, y desta manera quedando en cinco arrobas de peso se igualará y ajustará con las cinco de su contrario, y así podrán correr igualmente.
--Voto a tal, dijo un labrador que escuchó la sentencia de Sancho, que este señor ha hablado como un bendito y sentenciado como un canónigo. Pero a buen seguro que no ha de querer quitarse el gordo una onza de sus carnes, cuanto más seis arrobas. – Lo mejor es que no corran, respondió otro, porque el flaco no se muela con el peso ni el gordo se descarne, y échese la mitad de la apuesta en vino, y llevemos estos señores a la taberna de lo caro, y sobre mi capa cuando llueva. – Yo señores, respondió Don Quijote, os lo agradezco; pero no puedo detenerme un punto porque pensamientos y sucesos tristes me hacen parecer descortés y caminar más que de paso.


  Y así, dando a las espuelas a Rocinante, pasó adelante, dejándolos admirados de haber visto y notado así su extraña figura, como la discreción de su criado, que por tal juzgaron a Sancho. Y otro de los labradores, dijo: -- Si el criado es tan discreto, ¿cuál debe ser el amo? Yo apostaré que si van a estudiar a Salamanca, que a un tris han de venir a ser alcaldes de corte; que todo es burla, sino estudiar y más estudiar, y tener favor y ventura; y cuando menos se piensa el hombre se halla con una vara en la mano o con una mitra en la cabeza.”


Miguel de Cervantes: “Don Quijote de la Mancha”

miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿CIVILIZACIONES?





“No es que nuestra civilización sea tecnológica, es que la tecnología es nuestra civilización. De ahí que resulte por lo menos equívoco y en el fondo peligrosamente ingenuo hablar de “conflicto de civilizaciones” o “alianza de civilizaciones”, como si hubiera dos o más, enfrentadas o conciliables.



Todos, incrédulos y piadosos, cristianos y musulmanes, orientales y occidentales, vivimos en la única civilización existente, la tecnocientífica. Unos ocupan la cabina de mando o viajan en business class, otros van como turistas o como polizones, algunos cuelgan arrastrados del tren de aterrizaje y se congelan con las bajas temperaturas…


Pero todos vamos en el mismo avión, al menos hasta que aparezcan los extraterrestres en su platillo volante. Sobre el rumbo del avión y sobre las mejoras para hacerlo más acogedor y confortable existen, claro está, numerosas doctrinas encontradas. Pero a fin de cuentas es el avión tecnocientífico quien impone finalmente las condiciones básicas que nadie puede rechazar.



Tal es el peligro que nos abruma: no conocer ya razón común mejor que lo calculable en vistas de su eficacia técnica, haber perdido el sentido abismal de lo incalculable como emblema moral de lo propiamente humano”


Fernando Savater: “La vida eterna”

miércoles, 11 de junio de 2014

Cazadores de ciudad


Cazadores de ciudad
que nunca os veis satisfechos
no me matéis en la jaula

profunda donde estoy preso.


Matarme en un sitio claro
de las montañas de Gredos
un sitio que corra el aire
y la vista llegue lejos.

Que lleven allí el garrote,
la silla y los aparejos,
que vaya el juez con su coche
a hacer el levantamiento.


Que dejen a los paisanos
que suban desde los pueblos
que vean matar a un bicho
que lo tienen ya sujeto.

Que me sienten en la silla,
que  me amarren con los cueros,
mirando  para Madrid,
aunque yo no pueda verlo.


Maldito seas Madrid,
tu corte y tu parlamento.
Malditas sean tus leyes
y los que las hayan hecho.

Cazadores de ciudad.

Chicho Sánchez Ferlosio: “Cazadores de ciudad”


viernes, 23 de mayo de 2014

Graduación


“Buenas noches.

  No sé que sabio griego decía que todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa. Yo soy menos pesimista. No creo que todo esté perdido porque, si no, no tendría sentido seguir aquí. Pero sí creo que, cuando los malos y lo malo se impone como norma, como sucede en estos tiempos, hay que defender con más coraje que nunca la bondad, la calidad, la verdad, la autenticidad, el trabajo bien hecho…

  No dejes que te convenzan de que lo malo es bueno. Lo malo es malo, aunque ocho millones de espectadores lo bendigan. Y los malos son y serán siempre un mal ejemplo, aunque los mimen los medios, aunque se lo lleven calentito, aunque sean guapos, ricos y famosos, aunque tengan todo el poder del mundo, no dejes que te confundan. Mientras tú y yo lo tengamos claro, no todo estará perdido, hermano. Lo malo es malo aunque tenga veinte millones de espectadores.

(Leonard Cohen me pone… y me inspira)

  La noche está llena de besos y caricias, de amorosas palabras, de sueños, de placeres, de cuerpos desnudos que intentan atravesar la sutil frontera que los separa de la magia, del misterio. Pero la noche también está llena de dolor, de miedo, de angustia, de soledad, de cristales rotos, de alarmas que se disparan, de sirenas de ambulancias y de coches policiales. Los caminos de la noche están sembrados de belleza y de trampas…”musha trampa”…”

Jesús Quintero: “El loco soy yo”




lunes, 5 de mayo de 2014

Nacimiento de un número



“Definiremos un número al que llamaremos p, basándonos en los dígitos de π = 3.14159265…  (que, como sabemos, es un número irracional, es decir, tiene infinitas cifras decimales no periódicas). El número p queda determinado de la siguiente manera: si entre los dígitos de π aparece alguna vez una secuencia de exactamente quince ceros seguidos, entonces p es el dígito (distinto de cero) que sigue inmediatamente después de la primera aparición de esos quince ceros. Si nunca aparecen exactamente quince ceros seguidos, entonces p vale 0. Conviene aclarar que entre los dígitos de π calculados hasta la actualidad esa seguidilla de quince ceros no ha aparecido.

 ¿Existe el número p? ¿Cuánto vale? En 1900 Hilbert escribió que si definimos un objeto matemático y esa definición no es autocontradictoria, entonces podemos afirmar que el objeto existe.

 Casi cualquier matemático de hoy en día contestaría que p existe. Es más, todos ellos coincidirían en decir que, aunque todavía no sepamos exactamente cuánto vale p, sí podemos afirmar que es un número entre 0 y 9. En el instante en que conozcamos si esa seguidilla de quince ceros aparece o no aparece en π, en ese preciso momento sabremos el valor exacto de p. Sin embargo, para la filosofía intuicionista p no existe, porque está definido a partir de una propiedad que no es verificable en una cantidad finita de pasos, porque π tiene infinitas cifras decimales y la verificación requeriría recorrerlas todas. Si entre los dígitos hasta hoy calculados de π hubieran ya aparecido quince ceros seguidos, entonces p existiría y sabríamos su valor exacto. Es más, si en el futuro se encontraran esos quince ceros, entonces p empezaría a existir en ese preciso momento.”


Piñeiro, Gustavo Ernesto:  “Gödel. Los teoremas de incompletitud”

sábado, 26 de abril de 2014

Estupideces



 “Cuando hablamos de estupideces, enormes estupideces, estupideces de primera división, debemos pararnos ante la campeona de todos los tiempos en cuanto a falsas promesas y reclamos exagerados: la religión.
 La religión ha convencido a la gente de que hay un hombre invisible, que vive en el cielo, que observa todo lo que haces cada instante de cada día. Y ese hombre invisible tiene una lista especial de diez cosas que no quiere que hagas. Y si haces alguna de esas diez cosas, tiene un sitio especial, lleno de fuego, y humo, y personas que se queman, lleno de tortura y angustia, donde te enviará para que vivas y sufras, y te quemes, y te ahogues, y grites y llores ¡por siempre y para siempre hasta el final de los tiempos! Pero, ojo, ¡Él te ama!...
 ¡Te ama y necesita dinero! ¡Siempre necesita dinero! Él es todopoderoso, todo perfecto, todo lo sabe y todo lo conoce, ¡pero por alguna razón no sabe manejar el dinero!
 Las instituciones religiosas toman mil millones, no pagan impuestos, y siempre necesitan un poco más.
 Bien, querían una gran historia de estupidez: ¡la estupidez sagrada!”



 ZEITGEIST

miércoles, 26 de febrero de 2014

Física para tiranos II

                               Entrelazamiento cuántico


   Supongamos que Epi y Noon están en dos habitaciones situadas en dos plantas contiguas de un  edificio, entre las cuales hay una pequeña ventana de cristal transparente. Noon hace girar una moneda sobre la ventana y, antes de que se detenga, la cubre con una caja opaca. Epi, que se encuentra bajo el cristal, también lo cubre con otra caja opaca. 

   El primero que retire su caja tendrá un 50% de probabilidades de observar cara o de observar cruz. Cuando lo haga, y sepa lo que le ha tocado, ya sabe, al 100% lo que le ha tocado al otro. Son fenómenos entrelazados.

   Ahora Epi y Noon se encuentran en dos naves espaciales, situadas cada una en un extremo del Sistema Solar. El lanzamiento de la moneda lo efectúa una máquina situada en la Tierra y en cada habitación se encuentra una cámara de vídeo. Una vez realizado el experimento, cada cámara envía su imagen, a través de satélite, a cada nave. Cuando uno de ellos, Epi o Noon, comprueben lo que le ha correspondido, instantáneamente conocerán la imagen que verá el otro.

Benno von Archimboldi: “Física para tiranos”


viernes, 7 de febrero de 2014

Móviles




    Los móviles se extendieron entre la población y se convirtieron en objetos imprescindibles. Del mismo modo que, en el pasado, la gente no salía de casa sin su reloj o su documentación, a partir de la primera década del siglo XXI ocurría lo mismo con estos aparatos de comunicación.

   Y cada modelo ofrecía nuevas prestaciones, que lo hacían más atractivo que sus predecesores. Pero, con el último aparato de la empresa RETSIS GIB, algo comenzó a cambiar de forma radical.


      Las personas que lo adquirían, al usarlo, notaban que se encontraban mejor. Cada vez que realizaban una llamada o entablaban largas conversaciones, ya fuera con sus amigos o conocidos, o con cualquier otra persona, su estado de ánimo cambiaba. Y esta sensación la percibían tanto aquellos de naturaleza triste o depresiva, como los normalmente alegres y optimistas. Todos contaban las excelencias del teléfono. Así, sus ventas se dispararon y, de forma rápida, sustituyeron a todos sus competidores.

     Las empresas de publicidad y mercadotecnia no entendían aquel efecto novedoso en la población, ya que lo ofrecido por el reciente producto era similar al de otros móviles. Además, la empresa RETSIS GIB no invertía absolutamente nada en la promoción de su teléfono estrella. Sus ventas se basaban exclusivamente en el “boca-oreja” de los consumidores.


      Cuando había pasado un año de la salida al mercado de aquel móvil, tuvieron lugar las elecciones generales. Y, sorprendentemente, consiguió mayoría absoluta un partido político minoritario y de reciente creación. La población votó de forma masiva por aquel candidato casi desconocido y que había tenido muy pocas intervenciones públicas en radio y televisión.
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          Él trabajaba como profesor de Física y Química en un instituto de una pequeña ciudad. Y le gustaba practicar lo que llamaba “ciencia de base”. Investigar con sus alumnos ciertos fenómenos o curiosidades para hacer sus clases más atractivas y amenas.

       Fue durante uno de estos experimentos como descubrió lo que ocurría. Estaba mostrando el funcionamiento de un aparto detector de ultrasonidos a sus alumnos, para que pudieran escuchar a los murciélagos. Cuando un alumno se puso a hablar por el móvil de moda, el aparato detector de ultrasonidos registró unas extrañas señales. El profesor las amplificó y, asombrosamente, todos los que estaban en el laboratorio notaron una sensación de bienestar que no sabían explicar. Algo placentero sucedía en lo más profundo de su cerebro.



       Si, además, dejaban el móvil en modo “manos libres” y alguno de los presentes nombraba al recién elegido presidente del gobierno, la sensación de euforia se incrementaba, y lo contrario ocurría al citar el nombre de cualquier político de la oposición.

     Como buenos científicos, comenzaron a experimentar. Comprobaron que al utilizar palabras como robo, estafa, guerra, arma, muerte, asesinato o terrorismo, la máquina emitía sonidos que causaban desasosiego, intranquilidad o tristeza, y lo mismo ocurría con los términos protesta, huelga, manifestación, o sindicato.

      En cambio el sonido era diferente, y en este caso producía sensación de agrado, placidez y hasta de euforia cuando se pronunciaban términos como legalidad, trabajo, esfuerzo, impuestos, policía, autoridad, gobierno, ministro o presidente. Pero, con diferencia, la mayor sensación de bienestar se experimentaba al citar por su nombre al recién elegido presidente del gobierno.


Benno von Archimboldi: “Exotéricos y esotéricos”