lunes, 18 de marzo de 2019

Ceramista en Tirán



“La calle le recibió con frío y las farolas encendidas. El inspector bajó caminando con las manos en los bolsillos hasta el paseo de Alfonso XII y, a la altura de la estatua de la ninfa y el dragón, se apoyó en la barandilla para contemplar el mar sobre el antiguo barrio de pescadores. Un transatlántico iluminado en mitad de la ría avanzaba hacia el puerto con su cargamento de turistas. Sin embargo, Caldas miraba más allá, a la orilla de enfrente, al litoral de Tirán, cuyo perfil comenzaba a insinuarse en el amanecer.”




“En el muelle habilitado para los transbordadores que cruzaban la ría no estaba el Pirata de Ons. Caldas lo distinguió cerca de la orilla opuesta, que parecía más próxima desde allí. Siguió la línea de costa hacia el oeste y localizó la iglesia de San Xoán. Los árboles ocultaban la casa azul de Mónica Andrade y el resto de las del sendero. Vio los muros del camping sobre el arenal de A Videira y a la izquierda, como suspendidas sobre la playa, las casas del Lazareto.”


Domingo Villar: “El Último Barco”.



No hay comentarios: