sábado, 14 de marzo de 2015

Materia oscura



No, no era así. Estaba claro que de aquella manera no se podía contactar con ellos. Era el motivo por el cual habían fracasado tantos años de esfuerzo empleando el detector de Arecibo. Y lo mismo sucedió con las demás antenas de radioastronomía repartidas por el mundo.


El programa SETI, diseñado para capturar señales electromagnéticas procedentes de civilizaciones extraterrestres, también se había mostrado infructuoso. No, no estaban ahí. Y él se dio cuenta. De existir, se dijo, seres con una inteligencia semejante o superior a la nuestra, se hallarían en la componente más abundante del Universo, es decir, no en la visible sino formando parte de la materia oscura.


Al principio decidieron emplear el sistema LIGO para recibir los posibles indicios de estos seres. Las ondas gravitatorias detectadas por este sensor deberían mostrar trazas no ya aleatorias sino conteniendo códigos creados por seres pensantes. Pero la enorme estación experimental  solo logró detectar ondas de una forma muy burda. Las ondas de gravedad, como ocurre con las electromagnéticas, disponían de un amplio espectro, y únicamente una fracción minúscula del mismo reunía las características adecuadas para ser utilizado en el envío de mensajes. Y esta fracción no era captada ni por LIGO, ni por otros detectores semejantes como VIRGO, BICEP2 o LISA.


Tampoco los primeros instrumentos, que empleaban condensados de Bose-Einstein (BEC), conseguían afinar lo suficiente para elegir las señales precisas. Pero fue una máquina basada en este principio, empleando materia cercana al cero absoluto de temperatura, la que comenzó a generar resultados alentadores.




Al principio solo registraba señales asociadas con fenómenos naturales: explosiones estelares de materia oscura, choques de cuerpos muy masivos o señales rítmicas de cuásares formados por esta extraña sustancia. Pero un día, el mismo científico que había cambiado la forma de buscar inteligencia extraterrestre, mientras regulaba uno de los sensores, percibió un ligero chisporroteo en el ordenador principal. Aquello no estaba generado por ningún fenómeno natural pues empleaba un sistema binario de comunicación. Después de introducirlo en el computador más potente del que disponía en el laboratorio, el descifrado del mismo lo dejó de piedra: “Os estábamos esperando. Ya habéis alcanzado el nivel suficiente para pasar a la siguiente fase de la evolución. En breve recibiréis instrucciones. Saludos.”

Benno von Archimboldi: "Introducción a la Ondulatoria"


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy original la idea. ¡Seres extraterrestres formados con materia oscura! Es la primera vez que lo leo. Y se trata de un pensamiento sensato, después de todo es la materia más abundante del universo. Falta por saber si con tal materia pueden formarse estructuras complejas; porque las partículas de materia oscura (si existen) sólo son sensibles a la fuerza gravitatoria (y tal vez a la fuerza débil) cuya intensidad es mínima; me resulta difícil de imaginar seres complejos en ausencia de fuerzas electromagnéticas (y por tanto sin átomos ni moléculas).

Saludos cordiales de Epi