“El ombligo ha ocasionado ciertos problemas en círculos religiosos. Para los que creen en la verdad literal de los antiguos textos religiosos hay un espinoso problema sobre si los primeros seres humanos poseían ombligo. Si estos seres fueron creados por la deidad en vez de nacer de una mujer, presumiblemente no hubo cordones umbilicales y por lo tanto, tampoco ombligos. A los artistas primitivos se les planteó el dilema de decidir si incluían o no ombligos en sus pinturas de Adán y Eva en el Jardín del Edén. La mayoría de ellos optaron por hacerlo y sin duda inventaron sus propias razones para la existencia de esos primeros ombligos, pero su decisión condujo a un problema incluso mayor: puesto que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen, Dios también debía tener ombligo. Naturalmente, esto suscitó la cuestión más misteriosa: ¿quién dio a luz a Dios?
Los turcos han encontrado su propia y extraña solución al problema del primer ombligo. Tienen una antigua leyenda que explica que, después de que Alá creara al primer ser humano, el Diablo estaba tan furioso que escupió en el cuerpo del recién llegado. Su saliva aterrizó en el centro del vientre y Alá reaccionó rápidamente quitando la mancha corrompida, para evitar que se extendiera la contaminación. Su amable acción dejó un pequeño agujero donde había estado la saliva y aquel agujero fue el primer ombligo.
Para algunos, las posibilidades eróticas del ombligo femenino han alcanzado proporciones fetichistas. Una organización que se autodenomina Observatorio del Ombligo de Estados Unidos ha elaborado una clasificación completa de este pequeño detalle de la anatomía femenina. Para ellos no basta con la sencilla división del ombligo en verticales y redondos. En un informe titulado “Arquitectura del ombligo”, reconocen no menos de nueve formas distintas, a saber:
--“La hendidura vertical”, una clase de ombligo raro, elegante, femenino y erótico.
--“El ombligo navette”, un acusado alargamiento vertical, pero más ancho en la parte central. Recibe el nombre por una piedra preciosa cortada en navette.
--“El ombligo triangular”, una forma corriente, pero considerada hermosa; con forma de triángulo invertido con los lados convexos. A menudo con un profundo surco desde el vértice al interior.
--“El ombligo de forma almendrada”, considerado por los japoneses como la cima de la belleza umbilical.
--“El círculo”, una clase de ombligo raro en la actualidad, el ombligo perfectamente redondo.
--“El oval”, uno de los tipos más corrientes.
--“El ombligo ojo de gato”, de forma más horizontal que vertical, lo que le da apariencia de un ojo.
--“El ombligo de grano de café”, un ombligo “hacia dentro” oval y poco profundo, con dos salientes de carne en su interior. Una combinación del ombligo “hacia dentro” y del ombligo “hacia fuera”.
--“El ombligo perforado”, el ombligo mutilado moderno.
Un simbolismo por completo diferente otorga al ombligo rango de centro del universo y en este papel más noble es en el que lo contemplan los ascetas budistas. “Mirarse el ombligo” ha sido a menudo mal interpretado, como una forma de meditación introvertida y egocéntrica cuando de hecho es exactamente lo contrario. Es un intento de borrar lo individual centrándose en todo el universo por medio de su punto central”.
Desmond Morris: “La mujer desnuda”.